DÍA DE LA RAZA, ABELARDO RAMOS E INDIGENISMO Por Arturo Arroyo

"NUESTRA FUERZA ES SER LO QUE SOMOS"

Cuando el kirchnerismo, esa degradación marxistizoide, y por lo mismo antinacional, del peronismo, obediente a la imposición globalista de cercenar nuestros lazos culturales con la Hispanidad, decretó la anulación del luminoso concepto de "Día de la Raza" para el 12 de Octubre, acuñado por Yrigoyen y sostenido por Perón, reemplazándolo por la consigna indigenista de "Día del respeto por la diversidad cultural", muchas voces se levantaron cuestionándolo.

Pero, quizás, la voz menos esperada y más autorizada por venir de los primeros pensadores que sostuvieron el ideal sanmartiniano y bolivariano de la Unidad Nacional de Hispanoamérica y, para colmo, marxista fundador de la Izquierda Nacional en la Argentina, Jorge Abelardo Ramos, excepcional pensador, escritor, militante, historiador y político, quien sostuvo, en octubre de 1992, cuando los 500 años del Descubrimiento de América, en la revista “Patria Grande”: “Somos una fusión de razas originadas por el pueblo más mestizo de Europa, que era el pueblo español”, afirma Ramos, y continúa: “Desde fenicios, visigodos, árabes y judíos, todos vinieron en los españoles y mezclaron su sangre con la nuestra. De modo que ser antiespañol en la Argentina, es renegar de una parte esencial de lo que somos.

Se trata de un formidable crisol de razas que ha determinado que el rasgo específico y distintivo de América Latina sea que somos mestizos, o, como decía el mejicano Vasconcelos: «la raza cósmica». Nosotros somos el indio y somos el europeo. Nuestra fuerza es ser lo que somos”.

Ramos, entonces, desde su profundo amor a Iberoamérica, sostenido en un igualmente profundo conocimiento de su historia y naturaleza singulares, lanza, como un Zeus tonante, una crucial admonición: “Y aquel que quiera quitarnos la Evangelización, nos quita una parte esencial de nuestra cultura. (…) nos está quitando, en nombre del indigenismo (o sea, en nombre de una raza en estado puro, que sin duda resultó vencida), gran parte de nuestra identidad nacional y, en consecuencia, es enemigo de América Latina. El indigenismo, por eso, es impulsado por el imperialismo contemporáneo hasta transformarse en uno de sus instrumentos”.

Junto a su apasionada y sostenida defensa de la Gesta Malvinera, este patriota argentino e iberoamericano, termina echando otro haz de luz a este presente tan perversamente oscurecido.

Ramos muere a los 73 años, en 1994, indicando a sus compañeros: “Hay que sumarse al peronismo…”, luego de ser bautizado en la Iglesia Católica y recibir el salvoconducto de la Extremaunción.