Publicidad
En tiempos de proyectos personales centrados en el disfrute egoísta, ser padre es un grito de confianza en la Providencia Divina y en el valor de la familia como ámbito de realización plena para todos sus miembros.
San José, enséñanos a ser padres.
Ser padre es acompañar, motivar, proteger, hacer tu mejor esfuerzo y saber que pasarás casi desapercibido porque hay otra que sin esforzarse casi, lo hace mejor que vos.
Ser padre es darlo todo, es estar siempre y es no saber como hacer entender que un camino es mejor que el otro.
Ser padre es guiar, es orientar, es reafirmarte siempre en tus convicciones porque otros necesitan tu seguridad y tu sostén.
Ser padre es transmitir la fe y las tradiciones de tu pueblo.
Ser padre es amar en silencio, sin poder muchas veces decirlo, sin saber como expresarlo.
Ser padre es ser justo y firme y también es cargar con el dolor de los errores cometidos en el ejercicio de la autoridad.
Ser padre es volver a ser joven aunque te duelan los huesos y tu fuerza sea menos cada día.
Es trabajar cada día soportando en silencio el cansancio y las contrariedades cotidianas.
Ser padre es rezar y suplicar ayuda al verdadero Padre de todos.
Ser padre es atesorar historias y anécdotas para no tener luego un auditorio interesado.
Ser padre es lo más maravilloso que puede ocurrirle a un hombre y es serlo siempre de tus hijos carnales y es serlo muchas veces de los hijos ajenos porque todos necesitan la validación un padre.
Ser padre es necesitar darle un abrazo a tu viejo y recibirlo de tus hijos. Pero si no es posible, no importa, te conformaras con darlo y no te hará falta nada más.
Ser padre es estar siempre.