Esto se debió a la falta de sol en la retina de los más pequeños: sus rayos liberan dopamina, un neurotransmisor que evita que el globo ocular agrande su tamaño, previniendo así el aumento de la miopía.
Los participantes en dicho estudio, con una edad entre los 5 y los 18 años, aumentaron una media del 40% la progresión de la miopía en el año en que, por la pandemia, tuvieron que quedarse encerrados en casa.
Este dato sirve para ejemplificar cómo la miopía ya se la considera como la pandemia silenciosa del siglo XXI.
Si no se adoptan las medidas necesarias para revertir el proceso, la OMS advierte que en el año 2050 la mitad de la población de todo el planeta tendrá miopía. Precisamente, Federópticos ha iniciado una campaña de sensibilización en la que promueven el cuidado visual de los pequeños, adoptando soluciones visuales que puedan frenar el desarrollo de la miopía.
Se realiza un llamamiento a todas las familias con niños y adolescentes para que, al menos una vez al año, acudan a uno de sus centros y ópticos-optometristas titulados puedan aconsejar acerca de diferentes medidas de prevención.
YA ES POSIBLE RALENTIZAR EL AVANCE DE LA MIOPÍA
Es de vital importancia frenar el avance de la miopía en niños y adolescentes para que evitar que superen las 6 dioptrías: en estos momentos pasa a ser miopía magna: un factor de riesgo que multiplica la probabilidad de padecer enfermedades de la vista en la edad adulta e incluso, en el peor de los casos, la pérdida visual.
A día de hoy ya se puede controlar y frenar la progresión de la miopía.
HÁBITOS PARA UNA BUENA SALUD VISUAL EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Si bien el confinamiento no ayudó a revertir la tendencia en el aumento del desarrollo de este trastorno de la visión, es tarea de todos el fomentar buenos hábitos de salud entre los más pequeños: a que los niños realicen más tareas al aire libre durante todo el año se le suman:
Asegurarse de que haya una buena iluminación en interiores en las horas de estudio y lectura o cualquier actividad de visión próxima.
Se debe mantener una distancia frente al papel o la pantalla de al menos 35 o 40 centímetros y hacer pausas eventuales para relajar la vista.
Limitar el uso intensivo de las pantallas de móviles y televisión
Alimentación rica en vitamina D y baja en grasas saturadas y colesterol.
Revisar al menos una vez al año en un centro especializado
En nuestra mano está que los más pequeños de la familia no desarrollen en un futuro trastornos visuales graves. No dudes en acudir a un centro para revisar su visión y que los expertos te recomienden la mejor solución para su salud visual. Para que sean ellos los que crezcan, y no su miopía.
Lentes oftálmicas de desenfoque periférico.
Estas lentes aportan una mayor eficacia ya que no solo ayudan a obtener una visión correcta sino que ralentizan la progresión de la miopía. Es un tratamiento no invasivo y totalmente seguro para el niño y adolescente.